
Sin abrir los ojos: correr por el campo, jugar con las margaritas, rozar la hierba fresca, oler esa infinita fragancia, gritar de júbilo, la tranquila soledad, las lejanas montañas imponentes, el sol posando sus rayos en mí, la vida fluyendo por el arroyo lleno de peces de colores, libres y escurridizos...No hay sombra, todo es claridad. Un sueño. La naturaleza plena, desnuda, mostrando sus encantos. Disfrutar ese momento, el tiempo no existe, no corre...
Cooincido contigo en valorar la belleza de la primavera. Estas tardes largas son maravillosas. Hay mucho tiempo para leer!!!
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