
Cuentame algo que jamás me haya escuchado.
Cuentame algo que me haga sumergirme en una realidad diferente a la que vivo.
Porque todos necesitamos jugar, vivir aventuras, huir de la realidad cotidiana que a veces nos limita y nos asfixia, porque no podemos existir sin soñar.
Y eso son los cuentos, sueños donde nos perdemos y nos olvidamos de todo.
Los cuentos nos enseñan a vivir. Aprendemos a amar, a llorar, a reír y a sentir; a través de los cuentos que hemos oído y leído.
Nos forman como personas, nos invitan a crear un mundo diferente. Nos enseñan a crecer, a madurar; hasta llegar el punto de convertirse en algo indispensable en nuestra vida. Nos sabemos si son ellos los que dependen de nosotros que los leemos, ó somos nosotros los que dependemos de ellos.
Los cuentos son juegos, la tarea más seria a la que las personas estamos destinadas.
Para mí, los cuentos son los únicos que ponen orden en mi pequeño desorden emocional.
Invito a todos aquellos que el simple hecho de portar en sus manos un libro le repudia. Atreveros; coger uno (no pica), cometed esa locura que os conducirá a miles de aventuras que no olvidaréis y, que jamás, por mucho que queráis, podréis desprenderos de los recuerdos de esas peripecias.
Y, ¿¿sabes qué es lo mejor de todo??...
Que TÚ puedes ser el protagonista.

